Viajar en invierno tiene un encanto especial y España cuenta con multitud de destinos llenos de alicientes para ello. Desplazamientos que, eso sí, se realizan por carreteras que pueden ser más peligrosas e impredecibles por las bajas temperaturas, las heladas, la lluvia, la nieve o el hielo propios de esta época.
En este sentido, la firma Bridgestone propone una serie de claves para que el mal tiempo no sea un impedimento para viajar y hacerlo de la manera más cómoda, segura y confortable posible.
La fundamental es equipar el vehículo adecuadamente, valorando que los neumáticos desempeñan un papel primordial. Al igual que no se nos ocurriría salir a la calle un día frío de lluvia con sandalias, o utilizar unos zapatos de tacón alto para caminar sobre el hielo, no deberíamos circular en invierno con neumáticos de verano.
De otoño a primavera
Si ya el neumático en sí es un gran desconocido para la mayoría, el de invierno lo es aún más, sobre todo porque muchos creen que son solo para nieve. El uso de neumáticos de invierno es recomendable de otoño a primavera en aquellas zonas donde en invierno las temperaturas pueden ser iguales o inferiores a 7ºC —en casi toda España—: ahí ofrecen mayor seguridad y agarre, también sobre superficies heladas o mojadas. Por supuesto, su respuesta en nieve es magnífica y evitan el uso de las engorrosas cadenas.
Otra idea a desterrar es el mayor coste económico de tener dos juegos de neumáticos: disponer de ellos, además de incrementar nuestra seguridad y las prestaciones del vehículo, a la larga supone un ahorro, pues permite aumentar sustancialmente la vida útil de unos y otros al «aparcarlos» en la estación correspondiente, cuando más se degradarían por utilizarlos sin necesidad.
Y a tener en cuenta…
Es preciso revisar otros elementos del vehículo especialmente importantes de cara al invierno como:
– Batería: puede perder más del 50% de su carga cuando las temperaturas caen bajo cero. De hecho, durante esta estación muchas averías responden a fallos en este elemento. Asegúrate de que la has probado bien y que está en condiciones siguiendo estos prácticos consejos.
– Frenos: son importantes siempre, pero todavía más cuando las condiciones de la carretera se deterioran. Haga que un técnico cualificado compruebe su sistema de frenos.
– Limpiaparabrisas: comprueba que las escobillas del limpiaparabrisas funcionan correctamente y cámbialas por unas más resistentes para clima frío. Lleva siempre líquido anticongelante, durante todo el invierno.
Y por lo que toca a la conducción:
– Revisa el agarre: las condiciones de la carretera pueden cambiar rápida y drásticamente, de modo que es importante comprobar, de manera regular, el nivel de tracción con el que puedes contar en caso de tener que frenar o desviarte de forma repentina. Pisa suavemente el freno de vez en cuando y reduce la velocidad, si es necesario, en respuesta a las condiciones cambiantes de la vía.
– Gira por etapas: en curvas con nieve o sobre superficies heladas, divide la maniobra en pasos más pequeños. Frena primero, en línea recta, antes de hacer el giro. Y acelera gradualmente tras enderezar la dirección. Así usarás toda la adherencia disponible.
– Olvida el control de crucero: circulando en condiciones húmedas o heladas necesitarás adaptar la velocidad todo el tiempo. Apaga el programador de velocidad del coche y mantén siempre el control manual de la aceleración y desaceleración.
– En caso de duda, no conduzcas: si las condiciones meteorológicas son traicioneras, deja el coche en casa. Nada está por encima de tu seguridad y la de los tuyos.
Eduardo Cano – abc_motor